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Por lo tanto, desaparecerán como la niebla matutina, como el rocío de la madrugada, como el tamo que el viento arrebata de la era, ¡como el humo que sale de la chimenea!

»Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto. No conocerás a otro dios fuera de mí, pues yo soy tu único salvador. Yo te conocí en la aridez del desierto.(A)

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